Te cuento un proyecto…


 



Soy de esas personas que no saben dar rodeos, ya sabéis, ir preparando el terreno antes de dar una noticia. Y me ocurre tanto con las malas noticias como con las buenas. Es quizá uno de los motivos por los que, aunque me gusta mucho escribir, no consigo hacer despegar ninguna de las miles de ideas posadas en el cable eléctrico de mi cabeza. Por qué contar en tres páginas, o trescientas, lo que en cinco líneas ya se ha contado. Pues ya veis, ahora lo estoy haciendo. Tengo algo que compartir con quien quiera leer esta entrada de blog, y no soy capaz de ir al grano. Un rasgo muy femenino, según he leído en algún sitio…, pero a lo que voy: 

Hace unos 20 años, en 2002, me compré una casa en un pueblo del norte de Córdoba que había visitado un par de veces. Yo vivía en Barcelona, pero me encanté con el lugar, las vistas y el silencio que rodeaba a esa oscura y húmeda vivienda llena de cachivaches cubiertos de polvo y trastos abandonados. Un pino gigante proyectaba su sombra sobre la casa; a los pies corría un arroyo en invierno y primavera; y a lo lejos, hacia el norte, se veían los cerros azules de Sierra Morena. 

Reuní el dinero con la ayuda de un puñado de amigos y la compré. Con el tiempo, más de una década después, conseguí hacerme con las dos cabañas de piedra colindantes, e incluso con un trozo de dehesa en el que no crecía ni una mala hierba, muy cerca de la casa. Siempre supe que, algún día, querría venir a vivir aquí, y sin prisa fui reconstruyendo, restaurando, recuperando el paisaje y revisando un sueño antiguo de libertad y naturaleza. 

Ahora este es mi hogar. Muchos de vosotros ya habéis pasado alguna temporada en casa, y todo esto seguramente ya os lo he contado. De hecho, fueron un puñado de amigas queridas quienes me animaron a iniciar esta "campaña" de micromecenazgo que ahora sí, sin más rodeos, trataré de explicar en cinco líneas.

Durante el confinamiento me vine a vivir al campo con toda la familia. Fueron meses de incertidumbre y tristeza, pero para mí, igual que para muchos, fue un tiempo de reflexión que me sirvió para tratar de proyectar sobre la vida un poco de lucidez y sinceridad. Quizá por esa fuerza que nos nace en la adversidad, me propuse poner en marcha un proyecto largamente postergado: rehabilitar una de las cabañas de piedra —gran parte del tejado se había hundido ese invierno— y construir un espacio para recibir a amigos, para compartir con gente creativa y también para preservar un estilo de vida sencillo pero estimulante. 


Esta es la cabaña. Foto de primavera 2020.


 

Dibujo de lo que será, inspirado, como no podía ser de otra manera, en algún cuento de los hermanos Grimm.

Hoy día, las obras de rehabilitación están en marcha, y muy avanzadas, pero he llegado al límite de mis recursos (ahí que cada uno entienda lo que quiera). La vida es una lección de humildad en muchos sentidos. Para acabarla y que pronto pueda ser ese espacio soñado, necesito un poco de ayuda. Así que os propongo un plan. 

Se trata de apoyar la financiación de la obra con una pequeña donación a cambio de disfrutar de la cabaña una vez acabada. Es lo que se conoce como crowdfunding, pero sin «crowd» (multitud) ni plataformas, solo, de momento, dirigido a personas con las que tengo un vínculo y que me conocen, y a las que quiero tener cerca, siempre. 

FAQ:

¿Cómo será la cabaña? (aún no tiene nombre, pero lo tendrá)

Preparando el terreno para el anexo

Es una vivienda de muros de piedra, de unos 40 cm de grosor, orientada al Este. Conserva la estructura original, solo hemos añadido un anexo con el cuarto de baño, que no tenía. Todo el interior es de piedra, enlucida con cal y arena.

Antes y después de los muros de piedra

 

Foto del interior (ahora tiene techo)

Ofrece un único espacio diáfano de 26 m2, bien iluminado, con un amplio mirador con vistas a las montañas. Aquí se distribuirán la cocina (¡con horno!), sala y dormitorio (con sofá cama de dos plazas, y cama individual sobre un altillo). 

Los muros, la reconstrucción del tejado y la orientación garantizan el buen aislamiento térmico, tanto en verano como en invierno. Por lo demás, tres ventanas para que corra el aire y una estufa de leña para las noches heladas, ¡imprescindible!  

La cabaña es independiente de la casa principal, donde vivo yo, pero compartimos un terreno con frutales, una terraza para cenas  bajo las estrellas, la sombra de una parra, y pronto —en proyecto está— una alberca-piscina con agua de lluvia.

¿Cómo puedes colaborar?

Puedes participar y apoyar el proyecto de varias maneras:

Durante la construcción:

1. Con una aportación económica vía Bizum. A cambio de la donación recibes una recompensa, o sea, desde una estancia en la cabaña, hasta aprender a montar a caballo, una cesta de tomates ecológicos o participar en alguno de los talleres creativos que haremos, por poner solo algunos ejemplos. 

Cosecha del 14 de agosto, 2021

Júlia y Elisa dando ducha a los caballos


Foto inspiración para el jardín

Acarrear leña, pasatiempo invernal


2. Enviándome tus ánimos, y confirmando que has leído esta entrada de blog y no piensas que me he vuelto loca.

3. Traduciendo esta entrada al inglés / francés / portugués... (Elena, Maribel, Help!)

Cuando ya esté acabada: 

4. Ayudándome con la difusión, enviándole la enlace (vía Airbnb) a tu gente, desde Suecia (¿eh, Toni?), hasta Hawái (thanks, my dear Emily).

Hasta aquí te puedo contar de momento. Ponte en contacto conmigo, dime si te apuntas, si quieres recibir la tabla de recompensas que estoy preparando, ¡o para hacer reservas!

En este blog iré publicando novedades de las obras (acaban en septiembre) y lo que se me vaya ocurriendo, que no sé si será mucho o poco, o sea, si habré aprendido a "dar rodeos" o seguiré siendo fiel a las cinco líneas 😉

Gracias desde ya. Te esperamos.

Estrella


 

 

 

 

 







Comentarios

  1. Me encanta la idea, es genial y puedes contar con todo mi apoyo, económico en la medida de lo posible pero también con trabajo y energía positiva. Le echaremos todo el amor y calor que tenemos, para que transmita una magia especial a sus futuros ocupantes. El lugar, el entorno y las vistas no pueden ser mejores.
    Ya mismo nos vemos por allí.
    Un besote gordooooooo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Xicu. Sí, deseando que vuelvas de Asturias para montar la cocina, ¡y mucho más! Trae un poco de brisa fresca.

      Eliminar
    2. Me encanta el proyecto, Estrella! Cuenta conmigo para organizar alguna cosita de yoga ya este otoño o invierno. O para otras cosas en las que sepas que yo puedo contribuir. Tengo muchas ganas de verlo; seguro que es precioso, como todo lo que tu organizas.

      Eliminar
  2. Me ha encantado. Siempre has conseguido tus sueños, eres una gran luchadora.
    Enhorabuena.

    ResponderEliminar
  3. Bonito proyecto, te ayudaré en lo que pueda para que se materialice. Un abrazo de luz amiga

    ResponderEliminar
  4. Eres demasié, me encanta tu proyecto y me encantas tu, lo sabes, te lo dije y lo repito. Maravilloso compartir ratito ayer, aunque siempre quede corto. En menos que canta un gallo me tienes ahí haciendo visita de obras. Sé positivamente que ahora mismo se te está escapando media sonrisa de incredulidad, pero espera, espera...
    Besos, abrazos y cariño mil, estrella de ojos chispeantes.
    Rocio

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares